Llega noviembre, las hojas del otoño caen, se acortan los días y se alargan las noches. Época de recogimiento, de estar en casa calentito, en familia y llenos de recuerdos. Es un mes que comienza con una fiesta especial, y desde la asignatura de religión católica hemos trabajado una de nuestras costumbres más antiguas, el Día de Todos los Santos (1 de noviembre) y día de Todos los Difuntos (2 de noviembre). Señalando la importancia que tiene para esta sociedad, por una parte, aquellas personas que hacen el bien a otras y, por otra, la importancia que tiene recordar a los seres más queridos que ya no están con nosotros. Es una fiesta que se celebra en familia, de ahí, que tengamos esos dulces típicos y de saber qué cuando nos comemos un "hueso de santo" es algo muy distinto a lo que podemos imaginar. También vemos que todo se llena de flores, porque en otoño también hay flores y que con una vela, podemos recordar a esas personas tan especiales...y cómo no?... ¡¡Nosotros también somos especiales!!
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